Salud Auditiva
Este artículo fue redactado por el Dr. Edilberto Domínguez, médico especialista encargado del nuevo servicio de Audiología de Multimédica Norte.
La audición en el ser humano es fundamental para la adquisición del lenguaje, el cual, permite comunicación e interacción social a través del tiempo. El sistema auditivo es funcional desde la etapa fetal; presenta periodos de maduración durante el primer año de vida a través de la estimulación sonora y en especial por exposición al lenguaje, completando su maduración de los 2 a 3 años de edad.
El ser humano puede oír desde las 27 semanas de embarazo, por ello los lactantes, responden a los sonidos del habla más que a cualquier otro estímulo auditivo ya que recuerdan los sonidos del lenguaje escuchados in útero. La carencia o déficit de estimulación auditiva antes de los 18 meses de edad puede condicionar daños importantes, ya que al no existir una señal sensorial la morfología y propiedades funcionales de regiones específicas del sistema nervioso central (Zonas perisilvianas) se pueden alterar (Martínez 2003).
La pérdida total de la audición (Anacusia) o parcial (Hipoacusia) que ocurre al nacimiento o durante el desarrollo de la vida, ocasiona alteraciones en la adquisición del lenguaje, aprendizaje y finalmente, deterioro individual acorde a la causa y edad de aparición. (Chávez 2008) Por sus grados; la hipoacusia se clasifica en superficial, moderada, severa y profunda.
Más del 5% de la población mundial (360 millones de personas) padece pérdida de audición discapacitante (328 millones de adultos y 32 millones de niños).
Existen factores de riesgo que pueden afectar la audición; exposición a ruido, Infecciones de vías aéreas superiores recurrentes, enfermedades metabólicas como diabetes mellitus, trastornos endocrinos, toxicomanías (tabaquismo, uso excesivo de alcohol) entre otros.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para 2025 habrá cerca de 900 millones de personas en el mundo con algún grado de deterioro auditivo.
Estudios realizados en Canadá, Estados Unidos y Europa informan que la audición se empieza a perder 20 años antes que en el pasado, por lo que, cada vez es más frecuente en gente joven (Ibid). El centro nacional de excelencia tecnológica en salud de México publicó en abril del 2009 que la hipoacusia es la anormalidad congénita más común en el recién nacido y ocurre en 3 de cada 1000 nacidos vivos y 20% de estos casos tienen perdida profunda de la audición (CENETEC 2009).
TAMIZ AUDITIVO NEONATAL
Es el paso inicial en el protocolo de la detección oportuna de hipoacusia, permitiendo realizar el diagnóstico e intervención temprana a través de habilitación con auxiliares auditivos y/o implante coclear. El implante coclear es un equipo transductor que transforma la señal acústica en señal eléctrica que estimula el nervio auditivo, estos estímulos son enviados a través de la vía auditiva a la corteza cerebral que los reconoce como sonidos y se genera la sensación de “oír”.
Los niños con pérdida de la audición tienen grandes dificultades para la comunicación verbal y no verbal, problemas de comportamiento, bienestar psicosocial reducido y menor nivel educativo, en comparación con los niños de audición normal. Pueden tener dificultad para aprender lectura, escritura y cálculo. Problemas de comportamiento y menores habilidades de adaptación.
Existen factores de riesgo identificables para pérdida auditiva (amenaza de aborto, infecciones durante el embarazo “TORCH”, asfixia perinatal, hiperbilirrubinemia entre otros), sin embargo, hasta la mitad de los niños con déficit auditivo no tienen factores de riesgo identificables, por lo que el tamiz auditivo neonatal es y debe ser un programa universal de detección oportuna de déficit auditivo a fin de realizar la intervención oportuna.