La felicidad
El ser humano para su evolución y en comparación con otros organismos, compensó sus deficiencias físicas con un gran intelecto, un pensamiento complejo y con algo que aún se encuentra en tela gruesa de estudio, el procesamiento de emociones. No hablamos de emociones como el miedo o el deseo, sino de emociones complejas como el amor o la felicidad. La felicidad en conjunto con el desarrollo social del Homo sapiens no solo ha permitido su sobrevivencia y su adaptación, sino que ha permitido establecer órdenes, jerarquías y ritmos sociales que lo hacen cada vez más complejo. En este texto veremos lo importante que puede ser la felicidad y cómo su búsqueda puede ser difícil, su uso fácil y su verdadero objeto, todo un reto de la complejidad de la vida del ser humano.
Para poder entender qué es la felicidad recordemos al científico Candace Pert que, en 1970 estudió qué causa la felicidad, descubrió que existen algunas sustancias que el cuerpo sintetiza en situaciones de placer. Estas moléculas fueron llamadas opioides endógenos, ya que se observó que estas moléculas tenían un efecto parecido al de la morfina en ratones. Entre los opioides endógenos se conocen algunos como la fenilalanina, la dopamina, la oxitocina y la serotonina, las cuales son sintetizadas en neuronas de regiones especiales del cerebro (1).
Estas moléculas tienen una gran variedad de funciones en el cuerpo humano. En el cerebro, actúan como un ambiente en el que las células se comunican, teniendo así la capacidad de regular funciones mentales y hasta la respuesta inmunológica, también tienen el potencial de producir una sensación general de bienestar y calma, al aprender de manera emocionante o feliz se mejora la memoria, estas moléculas también mejoran las relaciones afectivas entre las personas. Se sabe, además, que pueden limitar el dolor físico y el dolor emocional (2).
Pero, ¿Qué hace que tengamos endorfinas, con qué estímulos se sintetizan? ¿se puede tener endorfinas todo el tiempo?
Se ha descubierto que en condiciones específicas y con acciones específicas se logra sintetizar grandes cantidades de endorfinas, como el ejercicio, las relaciones sexuales, la alimentación (principalmente por placer de sabores específicos y generalmente por la distención abdominal), baños con agua fría (algunos grados por debajo de la temperatura normal, no necesariamente congelada), el enamoramiento (puede aumentar hasta 7000 veces los niveles de dopamina), el embarazo, las relaciones fraternales y placenteras, así como cualquier tipo de placer. Sin embargo, estas moléculas son temporales ya que se encuentran en constante metabolismo (síntesis, absorción, receptación, eliminación y regulación siendo inhibidos y estimulados por otros) (3).
La importancia de esto, es que cuando estas actividades o estímulos están nulos o disminuidos, como vivir altos niveles de estrés, preocupación o miedo, incluso por poseer algunas alteraciones a nivel celular de las regiones que sintetizan las endorfinas. Esta disminución en las concentraciones de endorfinas puede provocar diferentes trastornos, entre ellos la depresión o ansiedad.
Actualmente vivimos en un estado de crisis mundial que provoca que todos estos factores negativos afecten nuestra salud mental y específicamente nuestra síntesis de endorfinas, por lo que es importante identificar si nos encontramos en un estado de déficit o malestar mental y/o emocional para poder contrarrestarlo de la manera más sana. Una revisión de la literatura por Hernández Rodríguez de la Habana cuba en 2020 concluyo que la pandemia por COVID-19 repercute negativamente sobre la salud mental de las personas (4).
Pero, ¿Qué hacer para poder evitarlo o contrarrestarlo?
El primer paso es identificarlo. Actualmente en internet se puede disponer de una infinidad de recurso en los que nos podemos apoyar, uno de ellos son los test, como el Test de Beck (5) o el test de ansiedad de Hamilton (6). En el momento en el que nos sintamos con características que nos limites disfrutar de la vida o del buen vivir es momento de realizarlos, dependiendo del grado de afectación podemos acudir con nuestro médico general o directamente a consulta de psiquiatría para poder manejarlo de una mejor manera. Si los niveles son bajos podemos comenzar por estimular los factores que nos ayuden a aumentar la síntesis de nuestras endorfinas.
El científico Robert Waldinger y su equipo realizaron el estudio más largo de todos los tiempos sobre la felicidad con una duración de más de 70 años, concluyendo que una característica que mantiene la felicidad en las personas son las relaciones entre ellas, pudieron comprobar que mientras más relaciones sanas un individuo tenía una mayor probabilidad de mantenerse feliz por más tiempo durante su vida (7). Sin embargo, en tiempos actuales las relaciones más estrechas entre individuos son detrás de un ordenador o dispositivo móvil. Pero, ¿Por qué, es una necesidad o es automático? Si es automático ¿por qué?
Arriba se mencionó que la liberación de endorfinas estaba estrechamente relacionada con el placer, bueno pues, los ordenadores y dispositivos móviles tienen características que desde las aplicaciones hasta los colores de la pantalla generan un gran e inmediata liberación de dopamina, he aquí el origen de cierto grado de adicción a esto dispositivos y sus funciones. Así como existe adicciones al tabaco o el alcohol, puede haber adicción al ejercicio, a los videojuegos y a los dispositivos móviles. Esto ocasiona una gran liberación de endorfinas en tiempo cortos e inmediatos, sin ningún esfuerzo, lo que lo hace más fácil de obtener. Ahora pensar en la repercusión del uso de los dispositivos y aplicaciones como podría afectar cuando este sea limitado. Las personas tienden a desarrollar un tipo de síndrome de abstinencia con características física y emocionales comparadas con la depresión como lo explica el profesor Jean Luc en su plática de TED (link abajo) (8).
Hoy en día es fácil confundir el placer y la liberación de moléculas del bienestar que causa este placer con la verdadera felicidad. En el sentido difícil de entender, la felicidad conlleva un desarrollo personal e interpersonal que implica el deseo de seguir vivo (de manera muy simple). Aunque los tiempos actuales no han permitido reforzar y fomentar este tipo de felicidad es importante identificarla personalmente y evitar confundirla con el placer momentáneo para evitar eventos de ansiedad o depresión que sean difíciles de manejar o dirigir.
“Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad”.
– Albert Camus.
Bibliografías:
1.- Alarcón, R. Fuentes de felicidad: ¿qué hace feliz a la gente?, Revista de Psicología de la PUCP, 2002, XX, p. 2.
2.- https://www.elpradopsicologos.es/blog/que-son-las-endorfinas-liberar/
3.- DOI: 10.31790/inspilip.v1i2.33.g38
4.- https://orcid.org/0000 0001 5811 5896
6.- https://www.psicologia-online.com/test-de-ansiedad-de-hamilton-4143.html