El 18 de septiembre Día Mundial de la Ética Médica
El 18 de septiembre se brinda homenaje a los principios éticos que rigen la profesión médica.
¿Qué es la Ética Médica?
La ética médica es una rama de la ética que consiste en un sistema de principios éticos y morales, que rigen
la práctica de la medicina clínica y la investigación científica, a fin de normar la actividad médica, procurando
una correcta actuación de los profesionales de la salud en relación a los pacientes que tratan.
El Área Médica tiene una gran responsabilidad; las personas acuden a los servicios médicos para recuperar
su salud o mantener su bienestar, es así que además de los conocimientos y actividades propias de su
profesión, los médicos y las áreas relacionadas, deben poner en práctica valores centrales de la Medicina,
como la autonomía, la compasión y la competencia profesional. La Ética se define como la forma de ser,
mientras que la moral es el conjunto de reglas que generamos tanto de forma individual como grupal y que,
de muchas formas, guían nuestras acciones y juicios, es decir, la Ética y la Moral nos permiten distinguir las
buenas y las malas conductas, siendo la ética, más reflexiva al analizar el fundamento de la validez de
nuestro comportamiento.
La Ética, aplicada como una ciencia, intenta explicar las reglas morales de forma racional, permitiéndonos
determinar por qué algo puede ser considerado como algo bueno o malo, impulsándonos a reflexionar sobre
nuestras creencias, actividades y juicios morales, pero al mismo tiempo, también de lo que dejamos de
hacer, ya sea por falta de planeación, mala previsión y en el peor de los casos, por negligencia.
A su vez, la Ética Médica se basa en los principios acuñados por Hipócrates, la ética hipocrática establece el
principio de no maleficencia, “lo primero es no hacer daño”, el médico entonces, antes de intervenir, debe
justificar adecuadamente la pertinencia de su intervención y de esta forma no hacer daño, posteriormente se
atiende el principio de beneficencia, refiriéndose a que las acciones del médico deben estar encaminadas a
producir un beneficio para el paciente.
El principio de justicia no refiere a una atención uniforme o estándar, sino que ésta debe ser adecuada para
cada paciente y su circunstancia, mientras que la autonomía es el principio que alude a la capacidad del
paciente de decidir por sí mismo sobre los actos que le serán practicados de forma directa o incluso, indirecta
en su salud.
Los profesionales de la salud tenemos la responsabilidad de atender al ser humano en lo referente a la salud,
en aspectos biológicos, psicológicos y sociales, dicha atención merece un comportamiento de cuidado, ético
y científico.
Por todo ello, trabajemos en conjunto para brindar a nuestros pacientes una atención que satisfaga sus
necesidades, y pongamos el toque de calidez que resalte nuestro servicio y nos considere una opción para
regresar.
Escrito por Ing. Karina Luna
Coordinador de Calidad